-A la busca de la trufa pérdida.

Estimados lectores, compañeros de pocilga, señor Joselito.
Hace ya casi un mes de nuestra presentación en sociedad, y por tanto es hora de que volvamos a hablar. Habrá quien nos esté esperando, quién se haya olvidado de nosotros, y quien nos conozca en esta segunda entrega de nuestras aventuras gastronómicas. Un saludo a todos.
Para este invernal mes de febrero nuestro principal objetivo era la búsqueda de trufas negras (especificamos tuber melanosporum para no violar los manifiestos…). ¡Qué diablos, acaso no somos cerdos! Pues como puercos que somos, por toda España buscamos pequeños diamantes negros.
Nuestra búsqueda se centró en Madrid, punto de encuentro de arrieros y subsecretarios, y para evitar suspicacias allí donde nos la ofrecieron repetimos una y dos veces, para estar seguros de que no era cosa de un día. Porque un mal día lo tiene cualquiera, pero podemos confirmar que lo de este año es generalizado: la trufa no vale, ni cruda, ni cocinada. Ninguno de los menús capitalinos (un saludo a Don Abraham García que se está perdiendo esta temporada trufera, aunque viendo el precio y la calidad de las mismas, igual hasta se alegra), unos por exceso, otros por defecto, otros porque no y otros por que la trufa no quiere, emocionan…

En Sanceloni, uno de nuestros restaurantes favoritos, lo hemos tomado dos veces, y no nos gustó, pidan el menú sin trufa y gasten en vino, que por lo visto el vino español está de moda en Baltimore. En Zaranda, lo mejor del menú de trufa los platos que pedimos sin ella, ancas de rana, perdiz y becada. Hacer un menú de trufa con trufas tan insípidas es muy difícil y nosotros, cuinos acostumbrados a la búsqueda de estos pequeños tesoros maternalmente custodiados por robles, avellanos y encinas, no aguantamos la mediocridad. Hasta una pizza de trufa probamos, también sin éxito. La única reseñable fue la que encontramos en ese pequeño templo pétreo gerundés en el que todo funciona siempre y en el que, por supuesto, ni siquiera en años como este la trufa falla.

-Sopistas, tunantes, tunos.
Según la Real Academia de la Lengua Española (esta sí que es una academia) sopista es el literato que sin otros recursos que su simpatía vivía de la caridad, con el tiempo pasaron a llamarse tunos. Tuno es el vagabundo, tunante y tunante es el pícaro, bribón y taimado.
Nuestra búsqueda nos llevó también al sur y acabamos comiendo en el restaurante Calima (Calima. Hotel Gran Meliá Don Pepe, José Meliá s/n. Marbella. 29600 Tel.: 952764252, por si después de leer esto a alguien le sigue interesando ir). Dani García loado por todos los críticos sin excepción, como el mejor sopista de España, el adalid de la cocina andaluza, la promesa de nuestros fogones junto al señor Dacosta… Tenemos que decir que no entendemos nada. O nos equivocamos de sitio o al que llevan a los críticos es otro o, cuando van ellos, contratan a grandes cocineros, o la locura marbellí es más contagiosa de lo que pensábamos (algunas voces malintencionadas apuntan que no sólo de pan vive el hombre, pero no creemos que sea apropiado dar publicidad a las maledicencias). El caso es que la experiencia fue muy decepcionante. Dani García: Del reino el mayor sopista, tunante, tuno.

¡Imagínense! Una mesa llena de guarros pidiendo platos y más platos, y sintiéndose decepcionados en uno tras otro. Una latita de moluscos y un bogavante con verduras. Ambos acompañados de unas no muy entendibles palomitas de aceite de oliva al nitrógeno líquido (lo sentimos, pero a nuestros porcinos paladares los juegos sin sentido con el aceite no nos convencen nada) que parecían aderezadas al gusto de la mujer de Lot. El ladrillo de oro con caviar parecía tener como única razón de ser justificar el precio del menú, aunque no se puede negar que eso sí que es cocina del terruño, un saludo Santi. El ajoblanco con caramelo de pimientos asados era tan empalagoso como su propio nombre indica. Gazpacho de cerezas con polvo helado, nada interesante (emulando las palabras del gran pope de la «gastrobloguía» Don Carlos Maribona) Sopas frías, caldos calientes, sangría a precio de oro, e higos chumbos a precio de trufa… Muchos platos sin emoción con evidentes errores de técnica, perceptibles hasta para el paladar de un humilde gorrino, postres casi de comedor de colegio, bodega a precios de adosado en Guadalmina… En nuestra humilde opinión, no está a la altura de los grandes de Madrid, un 14/20 y eso teniendo en cuenta que el maravilloso día que hizo y la compañía siempre ayudan. Mucho humo rodea a este restaurante y no nos referimos al que desprende el nitrógeno.

-We will work for wine, very fine wine.
Pero no crean ustedes que los marranos nunca disfrutamos. También hemos tenido gratas experiencias en este no tan frío mes de febrero.
Por fin Parker nos ha otorgado la puntuación máxima. Cinco de nuestros vinos han ascendido al olimpo de la perfección, o al menos andan cerca, porque no deja de ser sospechoso que el señor Jay Miller nos conceda a la primera lo que durante años nos habían negado. Esperemos que los vinos realmente lo merezcan. Mientras el tiempo y los mercados deciden si los 100 de Jay son igual de 100 que los de su amigo Bob nosotros nos los hemos bebido todos, no vaya a ser que se acaben. Cinco grandes vinos, aunque el Termanthia es más para nuestras primas las termitas. El Pingus estuvo excepcional. El Contador y el Erasmus despertaban nuestros instintos más animales, lo cual, tratándose de una piara, no es moco de pavo. Pisón es una maravilla riojana sí se demuestra que de verdad es Español, y no un St Emilion embotellado de contrabando. Bien dados los cinco 100, sí señor. ¡Cuánto sabe este Parker!

-Avisos para navegantes
Los que funcionan en Madrid, siguen funcionando, Sudestada sigue siendo un valor seguro, y más ahora con la nueva y renovada oferta coctelera que incluye 8 grandes brebajes que por supuesto nos hemos bebido (y sin cenar). Ojo al tequila con jengibre, una joya para los más atrevidos, y si van acompañados pidan el de lichis para sus señoras. La carne de Rubaiyat sigue acompañando a los mejores vinos, sin embargo la feijoada, provoca división entre nosotros. Entiendan que sentarse en una mesa a comerse por separado oreja, manitas, lengua, costillas, y hasta un recién nacido cochinillo es muy duro para nuestro colectivo. En Sacha la cocina es cada vez mejor, pero entendemos por qué nunca tendrá una estrella. Ojo a la carta de vinos de Yuan, que es una de las mejores de Madrid, junto con la de Casi en Huertas, la de Lágrimas Negras y La de la Taberna de Pedro (¡Atención! Si decimos que son de las mejores, es porque lo son, incluyendo a todos los grandes de la ciudad).

Y con esto y nuestra lista mensual de críticas de restaurantes (verán que cubrimos el mundo entero) les dejamos hasta la próxima entrega.

Recuerden, los cerditos, lo ven todo, lo saben todo, y no olvidan nada.

Hululu- hululu.

Lavinia (Madrid) 13. Acaparará los TOPS Metropoli en 2007.

– La Tasquita de Enfrente (Madrid) 15. El equilibrio entre la innovación y el clasicismo.

– La Taberna de Pedro (Madrid) 12. Amabilidad y vinos a precios excelentes.

– Kabuki (Madrid) 15. Preparando el desembarco.

-Yuan (Madrid) 13. Uno de los mejores asiáticos de Madrid.

– Támara (Madrid) 13,50. La sobriedad con calidad.

– Casi en Huertas (Madrid) 11. Pendiente de afinar la oferta sólida.

– Moo ( Barcelona ) 15,50. Una más que digna «sucursal ´´.

– Celler de Can Roca ( Gerona ). 18. El restaurante más en forma en España.

– Alboroque (Madrid) 13,50. Andrés siempre puede hacer mucho más.

– Guggenheim ( Bilbao ) 16,75. El mejor «sexto ´´ cocinero

– Ripa (Bilbao) 12,50. Alubias pintas + Chuletón, no falla

– Sant Celoni (Madrid) 15. En su menú de trufas

– Asturianos (Madrid) 12. Locura con sentido

– Himawari (Madrid) 11,5. Un japo de verdad?

– Oam Thong (Madrid) 11. Y encima juega al ajedrez

– Sudestada (Madrid) 15. Ya está todo dicho. Imbatible

– Rubaiyat (Madrid) 14. Hay que afinar la feijoada

– Arbutus (Londres) 14. Un buen bistrot en el Soho londinense

– Maze (Londres) 14. Ramsay pasado por el Bulli. Fashion a tope

– Zaranda (Madrid) 14. Los platos fuera de carta merecen la pena pero suben mucho la cuenta

– Calima (Marbella) 12. Una gran decepción

– Boccondivino (Madrid) 12. Hay que mejorar cuando no está el jefe

– Taverna Siciliana (Madrid) 12,5. Mejor al mediodía y a los platos del día

– El Oso (Madrid) 12. Buenos platos de cuchara

– La Sucursal (Valencia) 12,5. Quizás impresionen los puros

– Ca Sento (Valencia) 14,5. Hay materia prima y no sólo de comer

– Sacha (Madrid) 14. Esa carta de vinos y el servicio, que pena.

– Piccoline (Nueva York) 14. Una buena alternativa en la Gran Manzana. Quesos

– La Pintada (Baeza) 9. Qué peligroso es imitar a Ferrán

– Parador de Ubeda (Ubeda) 11,5. Pida unos andrajos

– El 5 Vino (Madrid) 12,5. Croquetas y croquetas

– Jota Cinco (Madrid) 14. Fever Tree, Hildon, Chateldon … y el mejor jamón de Madrid. Secreto a voces